De dogmatismo ambiental acusaron a Sánchez PP y VOX en la última sesión parlamentaria. Palabras que se unen a hechos preocupantes en la gestión del agua o la descarbonización, allá donde gobiernan. En los últimos años, se ha observado una tendencia en el PP y VOX de minimizar la importancia del cambio climático y la necesidad de medidas urgentes para combatirlo. Algunos ejemplos de esta tendencia incluyen:
Rechazo de la Ley de Cambio Climático: Tanto el PP como VOX han votado en contra de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, una de las más ambiciosas de Europa.
Críticas a las políticas ambientales: Ambos partidos han criticado las políticas ambientales del gobierno español, considerándolas demasiado costosas y perjudiciales para la economía.
Financiación de grupos negacionistas: Se ha descubierto que el PP ha financiado a grupos que niegan la existencia del cambio climático.
Declaraciones de políticos: Algunos políticos del PP y VOX han realizado declaraciones que ponen en duda la evidencia científica sobre el cambio climático.
Sin embargo, no se puede afirmar que el PP y VOX sean negacionistas climáticos en el sentido estricto de la palabra. Ambos partidos reconocen la existencia del cambio climático, pero difieren en cuanto a la gravedad del problema y la mejor manera de abordarlo.
En general, se puede decir que el PP y VOX tienen una postura escéptica frente al cambio climático. Ambos partidos minimizan la importancia del problema y se oponen a las medidas más ambiciosas para combatirlo. Es importante tener en cuenta que hay diferentes opiniones dentro del PP y VOX sobre el cambio climático. No todos los miembros de estos partidos comparten la misma postura escéptica.
Uno de los campos de fricción entre PSOE y la oposición se encuentra en la agenda 2030, muy criticada por PP y VOX en varios aspectos:
Argumentan que la Agenda 2030 supondrá un coste económico elevado para España, especialmente para las empresas y los trabajadores. Critican las medidas de descarbonización por considerarlas perjudiciales para el sector energético y la economía en general. Se oponen a la subida de impuestos prevista para financiar la Agenda 2030.
Consideran que la Agenda 2030 supone una cesión de soberanía a organismos internacionales como la ONU. Critican la falta de transparencia en la elaboración de la Agenda 2030 y la imposición de sus objetivos a los países. Defienden la capacidad de España para decidir sus propias políticas ambientales y económicas.
Ven la Agenda 2030 como un instrumento de propaganda ideológica de corte izquierdista y globalista. Critican el enfoque “woke” de la Agenda 2030, que consideran contrario a los valores tradicionales. Defienden una visión más conservadora de la sociedad y la economía.
Ponen en duda la eficacia de la Agenda 2030 para alcanzar sus objetivos. Argumentan que se trata de una agenda utópica que no tiene en cuenta las realidades económicas y sociales. Proponen medidas alternativas para combatir el cambio climático y promover el desarrollo sostenible.
Es importante destacar que las críticas del PP y VOX a la Agenda 2030 no son homogéneas. Hay diferentes matices dentro de cada partido y no todos los miembros comparten las mismas opiniones.
También es importante tener en cuenta que la Agenda 2030 es un documento amplio y complejo que abarca una gran variedad de temas. No todas las críticas del PP y VOX son válidas para todos los aspectos de la Agenda.