En los márgenes de las redes sociales, donde los algoritmos premian la indignación y la desinformación, nació en 2021 el grupo “Deport Them Now”, una plataforma transnacional que pronto dejó de ser una simple etiqueta para convertirse en un movimiento xenófobo estructurado. Con raíces en foros de ultraderecha anglosajones y conexiones con movimientos identitarios europeos, su mensaje es claro: la expulsión masiva de inmigrantes como única solución a los “problemas” de seguridad, desempleo e identidad cultural en Europa. Este ideario, aunque burdo en su forma, ha encontrado eco en una parte creciente de la sociedad, atrapada entre la precariedad y el resentimiento. Su expansión ha coincidido con un repunte alarmante de la “caza” de inmigrantes en países como Francia, Italia y, más recientemente, España.
El origen de “Deport Them Now” está vinculado a canales de Telegram y foros como 4chan y Gab, donde se compartían memes racistas, estadísticas manipuladas y teorías conspirativas sobre el “gran reemplazo” —una narrativa que sugiere que las élites estarían favoreciendo la inmigración para diluir la identidad europea. Lo que comenzó como una campaña digital pronto se transformó en una red informal con células activas en Alemania, Hungría, Bélgica y España. Aunque no es una organización formal ni cuenta con portavoces visibles, opera mediante una lógica descentralizada: grupos autónomos que actúan bajo una marca común, compartiendo tácticas, eslóganes y materiales de propaganda.
Su ideario se basa en cuatro pilares fundamentales:
- Expulsión inmediata de inmigrantes en situación irregular, sin procesos judiciales garantistas.
- Vigilancia ciudadana: alentar a la población a identificar y denunciar a migrantes “sospechosos” o sin papeles.
- Señalamiento de políticos y ONG acusados de “traición” por facilitar la integración o el asilo.
- Recuperación de la identidad nacional, entendida desde una óptica excluyente, racializada y antiliberal.
En España, “Deport Them Now” ha encontrado terreno fértil en ciertas zonas rurales y municipios con alta concentración de mano de obra migrante, como El Ejido (Almería), Torre Pacheco (Murcia) o Níjar. A través de canales de WhatsApp y Telegram, estos grupos organizan patrullas ciudadanas informales, difunden rumores sobre supuestos delitos cometidos por inmigrantes, y acosan en redes sociales a defensores de los derechos humanos. Aunque se presentan como ciudadanos preocupados por la seguridad, su actividad raya la ilegalidad: identifican viviendas donde viven migrantes, promueven escraches y alientan a la policía local a actuar con dureza.
Lo más preocupante es el modo en que su narrativa ha penetrado en el discurso político. Algunas de sus consignas han sido replicadas, con matices, por partidos como VOX, que habla abiertamente de “efecto llamada”, “fronteras débiles” o “invasión migratoria”. Esta legitimación institucional contribuye a normalizar el odio. No es raro ver cómo propuestas que antes habrían sido tachadas de racistas ahora se debaten en tertulias televisivas y parlamentos regionales. La estrategia es eficaz: desdibujar los límites entre la ultraderecha organizada y el malestar cotidiano de parte de la ciudadanía.
La caza de inmigrantes, un fenómeno que antes se atribuía a episodios puntuales de violencia, ha adquirido ahora un carácter estructural. En Francia, grupos como Génération Identitaire han llegado a bloquear pasos fronterizos con uniformes paramilitares. En Italia, los seguidores de Salvini han promovido “limpiezas” en barrios populares. Y en España, las redadas policiales selectivas y los controles por perfil étnico son cada vez más comunes. “Deport Them Now” se alimenta de esta dinámica, pues su fuerza no está en sus números, sino en su capacidad de contaminar el discurso social con una idea simple y brutal: que la democracia no debe garantizar los derechos de todos, sino solo de algunos.
Lo que está en juego no es solo el bienestar de las personas migrantes, sino el núcleo mismo del proyecto democrático europeo. Cuando los derechos dejan de ser universales, se abre la puerta al autoritarismo. La historia del siglo XX es testigo de ello. La persecución sistemática de un grupo social, legitimada por el Estado o tolerada por la sociedad, es siempre el preludio de algo peor.
Frente a esta amenaza, las respuestas institucionales han sido tímidas o inconsistentes. Mientras la extrema derecha avanza con mensajes simples, los partidos democráticos parecen titubeantes, atrapados entre el cálculo electoral y el miedo a parecer “blandos”. Sin una respuesta firme, coordinada y basada en valores, el espacio público seguirá siendo colonizado por quienes convierten el odio en consigna política.
“Deport Them Now” no es solo un grupo marginal. Es el síntoma de un mal mayor: la normalización del racismo como herramienta de poder. Combatirlo requiere más que leyes; exige un compromiso ético y colectivo con la dignidad humana. Porque cuando se empieza a seleccionar quién merece derechos, todos estamos en peligro.
Fuentes:
- “Deport Them Now: el nuevo movimiento de odio que cruza fronteras”, El Salto Diario, 2023.
- “Ultraderecha digital: Telegram como plataforma de radicalización”, CITpax Report, 2024.
- “La persecución de inmigrantes en Europa: patrones comunes y respuestas”, Amnistía Internacional, Informe 2023.
- “La narrativa del gran reemplazo en la política española”, Fundación porCausa, 2022.
- “VOX y la cooptación del discurso extremista”, eldiario.es, 2024.