El intento de atentado de esta semana contra un vuelo en Detroit, ha despertado la psicosis, y los recuerdos, de la tragedia creada por el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York.
Los atentados del 11 de septiembre del 2001 fueron unos atentados suicidas dirigidos por Al-Qaeda, durante el mandato de George W. Bush; en Estados Unidos (20 de enero 2001- 20 de enero 2009), que causaron la muerte de los pasajeros de los aviones secuestrados, de los trabajadores del World Trade Center (Torres Gemelas) y los islamistas radicales que llevaban a cabo el atentado.
La ejecutora de este macabro plan Al- Qaeda, una organización terrorista, formada por islamistas radicales, dirigidos por Osama Bin Laden, hoy en día en paradero desconocido. Atentó en España en lo que hoy recordamos como el 11-M, y más intencionalmente el atentado contra las Torres Gemelas u 11-S.
Antes del atentado, Nueva York dominaba la economía en EE.UU., era y es el principal centro bancario, financiero y de telecomunicaciones. Nueva York se encontraba en el 13º puesto, detrás de Corea del Sur, en lo que se refiere a economía mundial, y por tanto muy por encima de decenas de países.
La mañana del 11 de septiembre de 2001, 4 aviones son secuestrados por Al-Qaeda. Dos aviones impactan contra las Torres Gemelas, otro impacta contra el Pentágono, pero no logra su objetivo; su destrucción, mientras un cuarto avión, del que se desconoce su objetivo, se estrellaba antes de impactar gracias a la rebelión del pasaje, hoy considerado un conjunto de héroes, en un descampado en Pensilvania. Este atentado acabó con la muerte de 2986 civiles estadounidenses, además de los causantes de la catástrofe.
La economía estadounidense entró en una etapa de recesión a finales del 2001, aunque antes de los atentados, la economía estadounidense ya sufría un declive, con varios millones de parados en el sector industrial. El atentado, provocó en la sociedad americana un rechazo a volar y a los musulmanes residentes y viajeros. La seguridad en los aviones se endureció, al igual que las leyes. Un ejemplo es que no se pueden llevar líquidos en los aviones, tijeras u objetos punzantes.
En lo que refiere a leyes; todas aquellas personas que pudiesen y puedan ser sospechosos eran y son encarcelados e interrogados, muchos siendo inocentes.
La situación tuvo su amenaza en los meses previos, con una campaña de envío de cartas con ántrax, un gas tóxico cuya inhalación provoca la muerte instantánea. Una de estas cartas fue enviada al senador Daschle, con este mensaje: “Ustedes no pueden detenernos. Tenemos este ántrax. Ustedes mueren ahora. Muerte a los Estados Unidos. Muerte a Israel. Alá es grande.” Nunca se ha podido demostrar la relación directa entre ambos hechos, pero es evidente que la había.
Una de las más graves consecuencias del atentado ha estado en el campo sanitario. Las toneladas de escombros formaron una nube tóxica, que contenía; vidrio, fibra, celulosa, asbesto, plomo y mercurio, todas ellas sustancias tóxicas que han provocado a los equipos de rescate, de reconstrucción, y ciudadanos enfermedades graves que pueden llegar a ser terminales. En la nube también se encontró un porcentaje de restos humanos carbonizados. Las enfermedades que ha causado esta nube tóxica, son entre otras leucemia, asma, cáncer,…
8 años después del 11-S, aún seguimos viendo en las noticias, nuevas declaraciones sobre la catástrofe. En 2006 sale en los cines, “World Trace Center”, una película basada en hechos reales, en la que se ve los momentos anteriores y posteriores al atentado por 2 policías, que ayudan durante los momentos del impacto. Y ese mismo año se estrena “United 93”, que cuenta la historia vivida por los pasajeros y tripulación del cuarto avión secuestrado que finalmente acabó estrellándose en un descampado en Pensilvania. Además de “Flight 93”, “I missed flight 93”, “Fahrenheit 9/11”, “The flight that fought back” y documentales que nos dan una idea de lo que sufrieron pasajeros y personas que vivieron de cerca aquella pesadilla.
Hace menos de un mes, entró en servicio un buque militar, hecho con los restos de acero de las Torres Gemelas. El buque avanzó desde un puerto de Manhattan hasta la Zona Cero, acto al que acudieron el gobierno, oficiales navales y marineros, y los familiares de las víctimas. Es para los Estados Unidos un símbolo de fuerza y recuperación.
Hasta hace poco podíamos ver un agujero negro en el lugar del desastre, un agujero que mantenía el recuerdo de las victimas a los familiares, aquellas personas que ya no están con ellos, un lugar que para otros era el recuerdo de un error, pero sobre todo para muchos un recuerdo que se desea olvidar. Por ello, Santiago Calatrava, arquitecto español, es el que se ha hecho cargo de preservar el recuerdo, pero a su vez pasar página en la vida de todos los estadounidenses, una zona dedicada a oficinas y comercio, un centro de las artes, una estación de transportes y un área en recuerdo de las víctimas, un museo y memorial dedicado a todas aquellas personas que perdieron la vida ese 11 de septiembre de 2001. En el exterior de la estación de transportes se construirá un monumento abierto, las “alas de la terminal”, en color blanco que se abrirán cada 11 de septiembre en honor a las víctimas. La luz llegará hasta lo más profundo de la estación, siendo un símbolo de renacimiento y recuperación.
Todo ello por un atentado que dejó en shock a todas aquellas personas que lo vivieron de cerca y muchas otras que como yo vivimos la tragedia desde nuestro salón. Muchas personas nunca nos hemos parado a pensar en las situaciones que pudieron llevar a aquellas personas a provocar tal masacre. Es la otra cara de la moneda de la que no se trata tanto, esa que está formada por la muerte y la miseria del mundo musulmán, envuelto en guerras intestinas, conflictos como el israelí y decadencia política y económica alentada por occidente, y que choca con una cultura y una religión orgullosa que ha dado pie a una interpretación radical y vengativa de la vida en la tierra.
El resultado de ese choque de culturas está a la vista de todos. Miles de militares estadounidenses y occidentales a los países islámicos. La guerra en Asia. Esa guerra que ha acabado con la muerte de miles de personas civiles en las calles de Irak y Afganistán, que ha levantado desde entonces el deseo de venganza. Es un ojo por ojo, diente por diente entre dos países, entre dos mundos, entre dos líderes, causando la muerte de miles personas que nada tenían que ver. Ciudadanos que acaban sufriendo siempre las irresponsabilidades de los mandatarios.
Imagen infobae